Durante la infancia, los despertares nocturnos y el miedo a la oscuridad acostumbran a ser habituales en el desarrollo del sueño de los más pequeños. Por ello, desde nuestra experiencia profesional y nuestra práctica en el aula, os ofrecemos una serie de estrategias para trabajar e implementar en familia con el fin de ayudar a vuestros hijos a superar estos desafíos.
En primer lugar, es fundamental reconocer y validar aquellos sentimientos o miedos que vuestros hijos puedan estar teniendo. Identificar la causa de su miedo, comprenderla y abordarla desde el cariño es la manera más efectiva de hacer frente a ella.

En segundo lugar, la creación de una rutina de sueño relajante es fundamental para ayudar a vuestros hijos a irse a dormir con la mayor tranquilidad posible. Para ello, es interesante tener en cuenta y respetar el horario adecuado a las necesidades de vuestros hijos y acompañarlos con música relajante o algún cuento que aborde el tema del miedo a la oscuridad ofreciendo siempre soluciones positivas. Vuestros hijos, además, pueden encontrar confort en otros objetos que tengan al alcance durante esos despertares nocturnos, como algún peluche favorito, manta o similar.
Con el fin de apaciguar sus temores en la mayor medida posible, a los más pequeños también les podría ayudar disponer de una lámpara con luz tenue que ilumine la habitación durante la noche y que de este modo, al despertarse en cualquier momento, la habitación no esté completamente oscura. Asimismo, con el fin de hacer partícipes a vuestros hijos de todo este proceso, ir a comprarla con ellos y que tengan el privilegio de poder escogerla puede ser una buena estrategia que les ayude a ir perdiendo ese miedo a la oscuridad.
Otra sugerencia que ayuda a aliviar sus temores puede ser revisar con ellos la habitación antes de acostarse (para que vuestros hijos puedan comprobar de vuestra mano que todo está a su gusto y de este modo aliviar la cierta ansiedad que puedan estar sufriendo) y dejar la puerta de la habitación entreabierta con el fin de proporcionar sensación de conexión y seguridad.

Si el miedo a la oscuridad es intenso, podéis intentar exponerlos de manera gradual a la oscuridad, comenzando con periodos cortos y aumentando progresivamente el tiempo.
Desde el colegio, consideramos clave saber abordar de la mejor manera posible esta situación como padres. La actitud que debe predominar en todo momento es la calma, intentando no transmitirles inseguridad ni ansiedad. Vuestros hijos necesitan el máximo consuelo por vuestra parte, sin reforzar el miedo y haciéndoles saber que están acompañados y seguros en todo momento en casa.
No obstante, siempre que se considere oportuno, también pueden establecerse límites suaves, explicando a vuestros hijos que os pueden llamar siempre que lo necesiten, pero no hace falta que se cambien de espacio o de cama.
Es importante ser consciente de que, para vuestros hijos, se trata de una emoción difícil de gestionar por su parte y requiere de mucha comprensión, paciencia, consuelo y cariño. Cada niño es diferente y lo que puede funcionar para uno, es posible que no sea útil para otro, por lo que ser flexibles y adaptar las estrategias a las necesidades individuales de vuestros hijos es fundamental.
Por último, si el miedo a la oscuridad o los despertares nocturnos persisten o interfieren significativamente con el bienestar del niño o la familia, nuestra recomendación es acudir a un pediatra o psicólogo infantil para obtener orientación especializada.
Desde las aulas, aplicamos diariamente estos consejos y ayudamos en la gestión de los despertares y los miedos a través de nuestra figura como referente de tranquilidad y seguridad y la correcta disposición del espacio. La zona de descanso se prepara para ofrecer tranquilidad, seguridad y confianza a los alumnos, proporcionándoles su propio espacio para dormir y su propio material (cama, sábanas, chupetes, peluches, etc.) señalados adecuadamente con su símbolo personal. Además, acompañamos dichas rutinas siempre con una música tranquila y relajante que les invita a conciliar el sueño con mayor facilidad.
Esperamos que todas estas estrategias os sirvan de apoyo para lidiar, apoyar y acompañar a vuestros hijos en este proceso de aprendizaje y su óptimo descanso.