¡Ha empezado el segundo trimestre y, con él, un nuevo proyecto!
Decía Pablo Picasso que es necesario hacer cosas que no sabemos hacer para aprender cómo hacerlas.
Proponerse retos es un motor de búsqueda y de acceso al aprendizaje. Los niños están aprendiendo cómo hacer cosas constantemente, cualquier situación, por excepcional o cotidiana que sea, sirve como trampolín para aprender.
Entonces, ¿cuál es el secreto? No es nada nuevo que aquello que les llama la atención y les parece atractivo les predispone a prestar más atención y despierta su curiosidad.
Ese es el objetivo de trabajar por proyectos, trabajar a partir de un centro de interés atractivo que les resulte motivador y permita que ellos mismos sean protagonistas de su propio aprendizaje.
Esta es una metodología que permite dar respuestas en la vida real, precisamente porque permite aplicar los aprendizajes en situaciones nuevas y de su cotidianeidad, de forma vivencial.
Desarrolla su autonomía porque pone al alumno en el centro del proyecto, son protagonistas del proceso, porque el trabajo por proyectos lleva implícita la planificación, toma de decisiones y elaboración del mismo, de manera personal y también cooperativa. De manera que despierta también el espíritu autocrítico y el trabajo en equipo y, al mismo tiempo, respeta el ritmo y las capacidades individuales para adquirir los conocimientos respetando a cada alumno y sus necesidades concretas.
En Parvulario, creemos que trabajar por proyectos es apostar por una metodología que ofrece un aprendizaje global. Es ofrecerles a nuestros alumnos, un aprendizaje social, creativo, cognitivo, motivador y diverso, que enriquece y permite un desarrollo más completo, más abierto y, en definitiva, más feliz.