Durante estas semanas en la Llar hemos vivido un periodo de adaptación. Todos los niños, niñas y maestras vivimos este momento de manera individualizada, y es que, cada uno es diferente y es así como se vive.
Las profesoras se adaptan a los horarios y hábitos de los niños para que se sientan como en casa. Este es nuestro objetivo principal. Así como crear un vínculo y que los niños encuentren a su referente para que les ayude en todo lo que necesiten.
Ponemos a su alcance todo tipo de propuestas, libres de realizar. Mostramos los diferentes espacios, por los que se pueden mover y empezamos a realizar algunas de las rutinas básicas tan importantes que iremos llevando a cabo y mejorando durante todo el curso.
Es muy importante tener paciencia y respetar el ritmo de cada uno de ellos. Con la ayuda de los papás y las maestras, los niños y niñas han ido adaptándose, y, aunque aún no lo damos por acabado, hay que decir que los niños cada día vienen más felices y contentos al colegio.
Hay que tener en cuenta que cada niño vive la adaptación de manera diferente, y que incluso, pueden tener alguna regresión, pero no hay que preocuparse porque al final es un proceso que pasa y acaban sintiendo el cole como su casa.