Nada más empezar la sesión de este taller, que se imparte en lengua castellana, los niños me preguntan, intrigados, qué les voy a contar ese día. Busco cuentos que les emocionen, en los que se puedan identificar con alguno de los diferentes personajes y simpatizar o no con las diferentes situaciones que se dan en la historia.
Los cuentos transmiten valores y despiertan emociones. Estas nos dan una buena excusa para hablar y reflexionar sobre ellas, aprender a identificarlas y gestionarlas. Así que, al finalizar un cuento, nos colocamos en círculo y debatimos sobre lo que nos ha aportado. Nos hacemos preguntas: qué emociones salen, si ellos han pasado una situación parecida, cómo actuarían si fueran los protagonistas, si les gustaría cambiar el final…
Los cuentos ayudan a los niños a pensar, a tener una buena comprensión lectora y, al compartirla con los demás, potencian la memoria y acrecientan la capacidad de relacionar conceptos.
Les encanta representar escenas cortas de las historias y así se esfuerzan en mejorar tanto su expresión hablada como corporal. Para ello, muchas veces, utilizamos marionetas como punto de apoyo.
Los relatos, además, fomentan la imaginación y la creatividad de los pequeños. Les hacen volar a mundos desconocidos para ellos, lugares fantásticos donde los personajes, reales o no, viven aventuras apasionantes. Una forma de incentivar la creatividad es jugar con las historias: cambiar el rol de los personajes, mezclar figuras de diferentes cuentos o modificar el final…
Todo ello se trabaja de forma progresiva, desde i3 hasta i5, pasando por i4.
En el caso de i3, lo más importante es despertar el interés y la ilusión de la niña y el niño y dar seguridad para participar en las diferentes actividades que se realizan durante la sesión. Además de trabajar la comprensión lectora, empezamos a conocer las diferentes emociones que se dan en el cuento: por qué estamos enfadados o tranquilos, contentos o tristes… Así como algunas herramientas para gestionar las emociones negativas.
La marioneta que nos visita es la rana “Gustavo”, que es muy curioso y le gusta que los niños le cuenten cosas.
En cuanto a i4, iniciamos los “debates”, fomentando el diálogo y el respeto por la opinión del otro. En primer lugar, trabajamos la comprensión lectora y si han captado el significado de la historia, trabajamos las emociones en las que se mueven los diferentes personajes y empezamos a gestionarlas. Es importante darles seguridad en su expresión, tanto hablada como corporal, a través de las diferentes actividades que se realizan durante la sesión.
En el caso de i5, en los “debates” que se crean tras contar un cuento, se trabaja la comprensión lectora, así como la capacidad de comunicación y la coherencia de lo que se está argumentando. Sin olvidar nunca el respeto por el prójimo y sus ideas. En este curso, damos especial énfasis a la imaginación y la creatividad, a través de pequeñas dramatizaciones e improvisaciones.
En definitiva, con los más pequeños, se trata de sembrar la semilla del hábito lector, hecho que les ayudará a acercarse a los aprendizajes desde el disfrute y con unas estructuras de pensamiento claves para comunicarse con eficacia y pensamiento crítico.